Shanghai Pudong

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miércoles, 13 de enero de 2016

¿Frío o calor? La línea que divide China en dos mitades

Cuando vivía en Pekín tengo que reconocer que las gélidas temperaturas del invierno me tocaban la moral; temperaturas que llegaban a ser de 15 y hasta 20 grados bajo cero. Pero también es cierto que el momento de llegar a casa era la gloria, calefacción central a todo gas que hacía que pudieras pasar del abrigo más grueso a estar en bañador.

En Shanghai la temperatura rara vez baja de los 0 grados. En este sentido, la posición más al sur de Shanghai ayuda, si bien es cierto que la mayor humedad hace que la sensación de frío sea muy alta también. En esta ciudad, en cambio, el momento de llegar a casa es dramático; en algunas casas necesitas literalmente dejarte el abrigo puesto y ponerte una bufanda extra. Y es que no hay calefacción.

La explicación a este “fenómeno” hay que buscarla en la política del gobierno chino respecto a la calefacción central. Hace unos 60 años, el Gobierno de Mao se planteó la necesidad de instalar calefacción central en las zonas más frías de China. Como el presupuesto no era ilimitado, tuvieron que priorizar, y de ese debate surgió lo que se llama “la línea de la calefacción”, que separa a China en dos mitades de norte a sur.

 

El río Huai y las montañas Qinling fueron los elementos utilizados para realizar la división. Todas las ciudades chinas al norte del río o las montañas tendrían calefacción central subvencionada por el gobierno (gratis, o casi) desde el 15 de noviembre hasta el 15 de marzo de cada año. Hacia el sur, nada. Evidentemente, Pekín queda al norte mientras que Shanghai está al sur de esta línea imaginaria. 

Esta medida podría ser razonable si se pone en el contexto de hace 60 años, aunque hoy en día parece poco justa. Aunque el sur no llegue a las temperaturas extremas del norte, la humedad en el sur hace que la sensación en numerosas ocasiones sea similar. Además, en algunos lugares al sur de la línea de calefacción es común llegar a los -10 grados.


Por otro lado, las provincias al norte de la línea tienen la calefacción de manera casi gratuita al estar subvencionada, mientras que en el sur tenemos que usar aire acondicionado o estufas, que cuando viene la factura de la electricidad a algunos se nos quita el hipo.


Pero como los hay que prefieren ver el vaso mitad lleno, es justo decir que una parte de los problemas de contaminación que sufre el norte del país, viene precisamente por la calefacción central, que se alimenta casi exclusivamente de carbón.  De hecho, es en invierno cuando saltan todas las alarmas y se rompen los récords de contaminación año tras año.