Tras un año de numerosos intentos para empezar Escala Shanghai, todos
ellos fallidos como habrá podido comprobar el siempre impaciente lector, he
conseguido la apropiada fuente de inspiración, más la fuerza de voluntad necesaria para sacar tiempo
de donde parecía que no lo había.
El protagonista del primer post de esta segunda saga del blog es
Xinjiang. Xinjiang (que en chino significa Nueva Frontera) es la provincia más
al oeste de China y una de las que cuenta con una mayor población perteneciente
a minorías étnicas, sumando en total más de un 50% de la población de esta
provincia. Algunos conflictos étnicos que han tenido lugar en los últimos meses
en la zona, fruto de conflictos territoriales y culturales con el gobierno
chino en Pekín y que han tenido mucho eco, eclipsan tristemente las maravillas
que esta provincia atesora: montañas, desiertos, gastronomía... Diversidad, en
definitiva.
También el hecho de que la información en las redes sobre esta provincia
y los lugares a visitar sea muy escasa, ha impulsado la decisión de escribir
sobre ella para facilitar la tarea a aquellos que se atrevan a descubrirla.
Primer aviso a navegantes: la información y las posibilidades de comunicarse en
inglés aquí, son tan escasas como las de encontrar un lugar donde comerse una
pizza que realmente se pueda llamar "pizza".
Nuestro viaje por Xingjiang no cubrió todos los puntos de interés
disponibles, ni mucho menos, pero al menos si algunos de los más importantes y
más accesibles: Turpan y Tianshan, con principio y final en Urumqi, capital de
Xinjiang.
Urumqi
Gran Bazaar en Urumqi
Hasta hace unos años, la mayoría de la población local era uigur,
musulmanes que tienen más en común con los vecinos del oeste (Kazajistán,
Turkmenistán y todos estos países impronunciables), que con la propia China. Recientemente,
el gobierno de Pekín ha estado fomentando el traslado de chinos Han a esta
provincia, entiendo que con la motivación de frenar el separatismo. Ello ha
propiciado la extraña composición étnica
de la provincia.
Una de los principales componentes en la dieta de los Uigur es el pan, aunque ellos lo llaman Naang. En la dieta china, en cambio, el pan no aparece por ningún lado
Una de las curiosidades de esta ciudad es que según los geógrafos,
Urumqi es la ciudad del planeta más alejada del mar. A unos treinta minutos de
Urumqi, en el que se supone es el punto exacto, hay un momento dedicado a ello
bajo el nombre Center of Asia. Leyendo sobre el tema, he visto que en Rusia, la pequeña ciudad de Kyzyl también reclama el
mismo honor. Todo cuenta con tal de arañar unos turistas más a final de año...
Al margen de este punto turístico, si tienes tiempo, hay otros puntos de
Urumqi que puede merecer la pena visitar (http://www.tripadvisor.es/Attractions-g297466-Activities-Urumqi_Xinjiang_Uygur.html),
pero si yo estuviera en tu lugar cogería la maleta y me subiría en el primer
tren destino Turpan 吐鲁番.
Para llegar a Turpan desde Urumqi hay varias opciones, pero la más
sencilla y rápida es el tren. Recientemente han inaugurado una línea de alta
velocidad que tarda una hora y te deja cerca de la ciudad de Turpan. No obstante,
salvo que compres con antelación, difícilmente habrá plazas y tendrás que
conformarte con el normal: hora y media de trayecto más cuarenta minutos desde
la estación hasta Turpan (prepárate a negociar con los ávidos taxistas). No te
preocupes si no consigues plaza en el tren rápido, la experiencia de subir en
el tren "lento" y compartir vagón con la población local es única e
irrepetible. Decenas de ojos se posarán en ti y vigilarán cada uno de tus
movimientos durante todo el trayecto, alguno quizás se atreverá a acercarse y
preguntarte un “你是那个国家?” o “¿De qué país eres?, otros preferirán
mantener precauciones y guardar un par de metros de distancia de seguridad. No
conviene acercarse demasiado a unos extraños de ojos anchos y nariz grande.
Turpan es una ciudad de menores dimensiones
que Urumqi. En los alrededores de Turpan hay muchas cosas para ver, desde
ruinas, museos o pueblos antiguos, hasta el mismísimo desierto. Nosotros nos
dejamos llevar por la intuición para escoger aquellos que nos parecieron más
interesantes. Y lo que el cuerpo nos pedía era, antes que nada, ver el
desierto.
En esta zona de la China más occidental (por
la zona geográfica, no por cuestiones culturales) hay dos opciones principales
para experimentar el desierto: desierto del Gobi y el de Katlamakan. Estos dos
desiertos los habíamos descartado pues el trayecto para llegar a ellos es
bastante largo. Lo que no sabíamos, era que tendríamos el desierto de Kumtag a
100km de Turpan, así que en cuanto lo supimos nos dirigimos allí. No parecía que fuéramos a ver nada espectacular hasta que,
en medio de la nada, apareció una especie de ola gigante de arena y que, al
acercarnos un poco más, parecía no tener fin.
La experiencia de sentirse en medio del
desierto es inolvidable, además los 40º le daban un tinte de realidad y maldita
la hora que se me ocurrió descalzarme para hacerme una de esas "Foto
Facebook", mis pies no volvieron a ser lo mismo en todo el viaje. A pesar
de que la visita mereció mucho la pena, también hay que advertir que se trata
de un punto muy turístico, lo que en China significa: a) Pagar entrada, y cara
(200RMB en total aprox.); b) Posibilidad de que esté atiborrado de chinos y 3)
No te puedes quedar a dormir dentro y vivir una auténtica experiencia entre
dunas y estrellas.
El día en las afueras lo completamos con dos
visitas. La primera fue a las Montañas Flameantes, uno de esos sitios en los que te das cuenta
de la magnífica capacidad de los chinos para construir un punto de interés
turístico de donde no hay nada. Punto de interés, y de ingreso también, 5 euros
la entrada que por supuesto obviamos.
Las ruinas de Jiaohe es otro de los lugares
que merece una visita en Turpan. Se trata de una de las ciudades de piedra y
tierra más antiguas del mundo, y aunque poco queda ya en pie tras miles de
años, tienes la sensación de estar en el escenario de rodaje de una película
griega. Además, el lugar se encuentra cerca del centro de Turpan. La mezquita
junto a la torre de Emin Minaret, o las ruinas de Gaocheng, son también lugares
muy recomendados que dan una idea de la riqueza cultural e histórica de Turpan,
lugar clave de paso en la ruta de la seda.
Ruinas de Jiaohe, Turpan
Ruinas de Jiaohe , Turpan
El último tramo del viaje lo reservamos para
Tianshan Tianchi, the Heaven Lake. Este se encuentra al oeste de Urumqi, desde
donde salen autobuses constantemente (por unos 40 RMB pero más de dos hora y
media de trayecto y con un intercambio) y taxis (270 RMB y una hora de
trayecto). Después de pasar otra hora y media en el tren desde Turpan a Urumqi,
siendo observados nuevamente por los curiosos pasajeros locales, nos decidimos
por un poco de comodidad.
Árboles que cantan, especie autóctona protegida
Tras unos metros caminando, llegamos al lago
de Tianshan, a unos 2.000 metros de altura. Las montañas nevadas al fondo, el
agua azul y el frescor de la tarde lo convertían en un lugar muy especial. Un remanso de paz en un país en el que a veces da la sensación de que la calma es una utopia. Sin
embargo, no nos contentamos con aquello, y seguimos los consejos que habíamos
escuchado. Había que hacer noche allí. Así que fuimos a buscarnos un amigo
Uigur que nos alquilara una yurta (tienda tradicional de ciertas minorías
étnicas utilizadas en el desierto y en
las montañas). Por un módico precio, 200 RMB, conseguimos una con preciosas
vistas al lago.
La tarde se pasó de paseo en paseo y no fue
hasta las 9 de la noche que oscureció. Y es que Xinjiang, que se encuentra a
2.500 kilómetros de la costa este de China, tiene dos husos horarios. Por un lado
el de Pekín, utilizado por los Han y para las cuestiones oficiales (horario de
trenes o aviones, por ejemplo), y por otro, el de los Uiguir, que consta de dos
horas menos. Con lo cual, en esta época del año, el sol no sale hasta las 7 y
se pone después de las 9.
El mejor plan que puedes hacer en el lago de
Tianshan es levantarte temprano. A las 7 de la mañana, 5 si eres uigur, con la
salida del sol, salir de la yurta y no ver a nadie ni escuchar nada salvo el
piar de los pájaros, es un regalo a los oídos, y más viniendo de la poco
tranquila Shanghai. Un paseo mañanero alrededor del lago, desayuno preparado
por nuestros amigos uigures los arrendadores de la yurta y nuestro viaje que
tocó fin de la mejor manera posible.
Después de haber recorrido ya más de media
China, Xinjiang es claramente el lugar en el que menos sientes que estás en
ella. No he estado en ninguno de los siguientes países, pero bien podría ser
Irán, Líbano, o Kazajistán. La gente local es muy amable y dispuesta siempre a
ayudarte. Como decía antes, un lugar que
recomiendo mucho para venir si dominas lo básico del idioma. Para el que no lo
domine, estoy pensando en sacarme el título de tour leader, por si necesitan
mis servicios (es broma, al menos, de momento).
PD1: Uno de los sitios más importantes de
Xinjiang al que no tuvimos la oportunidad de ir es Kashgar. Pinchar aquí.
PD2: Como se suele decir, mejor tarde que nunca, así que procuraré escribir
sobre algunos de los viajes de este año pasado que creo que pueden resultar más
interesantes.
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