En Shanghai, como en casi todas las
ciudades de China, se pueden encontrar muchos mercados. El mercado de las
flores, el de las telas, el mercado "fake", el mercado de las gafas,
y así con cualquier producto susceptible de entrar en una transacción.
Esta semana paseando por el centro de la
ciudad me he encontrado con un curioso mercado, de esos que no te esperas, el
denominado “mercado de matrimonios”. Aunque más bien lo llamaría mercado de solterones.
Un lugar en el que los padres de los mejores y más codiciados solteros y
solteras de Shanghai, buscan la media naranja de sus hijos. Parece una
práctica anticuada, más propia de siglos anteriores, pero en el centro de
Shanghai, en People Square, sucede cada fin de semana desde 2004. Y otras
ciudades de China también tienen este espacio tan particular.
La práctica es sencilla, y bien podría
asimilarse a una feria de vinos. Las empresas de vino utilizan los mejores
selling points posibles de sus bodegas y vinos (puntuaciones en concursos
internacionales, prestigio de la bodega, reconocimiento de marca, etc.) para
atraer a posibles compradores, luego se negocian precios, cantidades,
condiciones y demás. En este caso, son los padres los que tratan de promocionar
las cualidades de sus descendientes con sus particulares proposiciones de venta
(altura; salario; profesión; posesión de casa o coche; si la hubiera, lugar
permiso de residencia (hukou), muy importante, etc.) para encontrar a otros
padres desesperados por que su hijo o hija forme una familia.
Mujer nacida en 1973, 1,61 metros de altura. Tiene cursados estudios hasta el Master y trabaja en un hospital. Tiene buen carácter, responsable, le gusta escuchar música y viajar. Busca hombre, que sea mayor que ella (hasta 5 años mayor) y que haya al menos acabado la Universidad. Que sea responsable, cariñoso, que sepa perdonar (¿?)y de generosa salud.
Muchos de los hijos anunciados en los
carteles no saben que sus padres le están haciendo "el favor" de
buscarle la pareja perfecta, de lo contrario es probable que no les dejaran.
Pero lo cierto es que este mercado viene a reflejar un problema de fondo:
muchos chinos, hablo en masculino esta vez, tienen dificultades para encontrar
pareja, dada la diferencia entre la cantidad de hombres y mujeres en el país. Algunos
estudios calculan que en el año 2020 habrá 24 millones más de hombres que
mujeres en China (quizás sea en ese momento cuando algún directivo comunista se le
ocurra permitir el matrimonio homosexual, al menos entre hombres). Por otra
parte, las jóvenes, especialmente mujeres, sufren una presión desmesurada por
parte de los padres para encontrar pareja y casarse. Una mujer a los 30 años, a
ojos de la tradicional población china, debería estar ya casada y con hijos. No obstante, esta tendencia está cambiando, pues muchas mujeres con grandes aspiraciones profesionales casi prefieren renunciar a su vida personal, al menos durante unos años, para poder centrarse en su carrera. Nótese que lo que los anglosajones llaman el "glass ceiling", ese techo o límite que para las minorías y mujeres es difícil de sobrepasar en sus carreras profesionales, es aún más duro y grueso en China. Muchas veces, la única manera que hay de romper ese techo es dedicación absoluta al trabajo.
Debido a la gran presión que tienen los jóvenes para formar una familia y quizás el morbo que ello supone, uno de los formatos
de programa televisivo de más éxito en China es el de las citas a ciegas, aunque
mucha gente crea que en la actualidad es todo puro teatro (¿les suena de algo?). Muchos
chinos admiten también tener citas a ciegas de vez en cuando, normalmente con jóvenes
recomendadas por amigos en común o familiares. Es una de las principales vías por la que los chinos reconocen haber conocido a su pareja.
Volviendo al mercado de solteros, es curioso como en China conviven prácticas que parecen milenarias, con una población que vive probablemente en el país más avanzado del mundo en lo que respecta a smartphones y aplicaciones de móviles. Intentaré contarles acerca de ello en las próximas semanas.